Ya lo he dicho varias veces: las mejores horas para vivir en esta ciudad son las de la madrugada. Para montar en bici sobre todo. Cuanta menos gente, más humano y civilizado parece todo. Aquí va una serie de fotos (muchas tiradas en marcha) desde las 4 hasta las 6 de la mañana de un día cualquiera de agosto de 2012 en Moscú.
Cielos plomizos, lluvias intermitentes, nubes aceitosas y amarillentas devolviendo la luz a la urbe.
No hay coches. Las únicas horas en que realmente te sientes seguro en la bicicleta por las calles.
Una central térmica, pincelada post-apocalíptica bajo el pesado cielo de Moscú. En los barrios de la ciudad hay varias.
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