jueves, 13 de junio de 2013

Una ciudad deprimente

Quizá algún día retome la idea y escriba con cierto calado sobre esto. Hoy dejaré hablar a los megapíxeles del móvil, que han conseguido retratar el espíritu de esta ciudad en forma de peluches rotos y abandonados en mi calle.








martes, 11 de junio de 2013

Bicicletas de Moscú.

Aquí va una serie de fotos de algunas de las bicicletas antiguas y maravillosas que todavía se ven rodar en abundancia por Moscú. La mayoría de ellas pertenecen a trabajadores de Asia, que tienen sus propias redes de recuperación y reparación. En una sociedad hipercapitalista como es la moscovita (que es un Estado dentro del Estado de la Federación Rusa), estas personas son un ejemplo claro y natural del reciclaje como práctica de vida cotidiana, absolutamente alejada del  concepto "fashion" occidental. Recuperar de la basura es una forma de vida, sobre todo cuando tu sueldo es miserable.

Viejas Aist, Ukraina, Kama. Sura, Turist... A veces prácticamente en perfecto estado con todas las piezas conservadas, a veces rescatadas del contenedor y con ingeniosos arreglillos caseros que les permiten seguir prestando servicio. Por no hablar de las adaptaciones para instalarles cestas y transportines enormes para transportar bártulos. Currelas de Tayikistán o Kazajastan moviéndose sin prisa por las amplias aceras de los barrios, incluso por el asfalto camino del curro o desplazándose durante el curro con ellas, con una pala al hombro y la otra en el manillar.

Quiero destacar que esta gente no conduce la bici como los rusos; son muy tranquilos, no se estresan y para ellos la bici es algo natural, que utilizan incluso en invierno cuando la nieve lo permite. Sí es cierto que usan la bici de manera irregular, hablando por teléfono o yendo contradirección... pero esto es lo habitual aquí incluso en coche. La diferencia es que los rusos suelen ir histéricos (ellos dirán que los mediterráneos vamos muy lentos... quizá por eso tengamos más esperanza de vida). Para los rusos una bici es, en general, un artículo de temporada, sólo para el verano, clasificado en dos tipos a) algo potente y moderno con lo que ir a toda ostia por cualquier sitio, aceras incluidas: sólo las bicis de montaña cuentan; o b) un juguete con el que ir a comer pipas al parque con el novio o la familia, previo desplazamiento en coche. Ese es mi punto de vista tras un año pedaleando por estas calles.

Afortunadamente puedo comprobar que el uso de la bici urbana como una auténtica alternativa de transporte se va extendiendo poco a poco, aunque de momento se limita al verano. En los inviernos somos muy pocos los que pedaleamos y no solemos ser rusos.

Bueno, las fotos: