lunes, 29 de octubre de 2012

Los cielos de Moscú.

Hay cosas muy buenas en esta parte del mundo. Los cielos de esta ciudad son un espectáculo del que nutrirse.
Unas cuantas fotos desde mi ventana, de agosto, septiembre y octubre de este año.





domingo, 28 de octubre de 2012

La primera nieve

Como acaba de llegar el vecino a casa, son los 3 menos veinte de la madrugada y ha puesto la televisión a toda hostia de nuevo (bienvenidos a Rusia), me voy a hacer un post.

Lleva toda la semana rondando los 0 º, alguna noche aparecieron los copos, pero ayer de madrugada por fín se decidieron los cielos moscovitas a soltarlo:


Hoy estuvo Moscú así, cubierto de una papilla semicongelada, del blanco más limpio en los parques y marrón y sucia en las calles, donde el agua corría hasta casi el tobillo, pues la nieve no termina de cuajar del todo:



Vamos, día de chapoteo y bajos de pantalón embarrados.

La semana pasada estuve malo, con fiebre y tal, sin currar dos días incluso, y me quedé sin practicar con la bici sobre las aceras y asfalto medio helados, para ir viendo cómo se circula en el invierno.
Hoy planeaba hacer un bisnes con un ciclista del sur de la ciudad, comprarle un par de manillares de Sputnik y tal. Quería haberme hecho los 34 kms (ida y vuelta en total) con la bici... pero entre que ando debilucho todavía, falto de práctica, que lleva todo el día lloviendo o cayendo aguanieve, las calles con papilla helada, todo mojado... tampoco me conozco mucho aquella zona... al final he ido en metro, y de paso me he ahorrado una hora de trayecto, porque es la misma linea de metro y he tardado apenas media hora.

Pero el tipo que me ha vendido los manillares es un ciclista urbano de pro, y se ha venido así:


con una Start-Shosse del año la polka, y bastante cascada. Un tío duro con una bici más dura:



Tras alguna charla y recomendaciones, vamos a ver si nos hacemos con un par de cubiertas de invierno, con clavos y tal, que es lo que se estila por aquí.


lunes, 15 de octubre de 2012

Una semana en Mordor.

Pues todo fue bastante rápido y hubo de aprovecharse la oportunidad... casi contrarreloj y confiando en que la incompetencia de los funcionarios brillara por una vez por su ausencia, conseguimos salir de Rusia y seis días más tarde volver, sin mayor problema. El caso es que la cosa salió bien; todavía no me lo termino de creer.

Anduvimos por Madrid, sin mucho tiempo para nada. Recoger el transportín que Josu me hizo a medida para la Aist, con materiales de bicicleta reciclados.


Observando el montaje del transportín en el Taller Social Seco.

También nos pasamos a intentar cobrar una factura de otra editorial MOROSA, nos hicimos con apichusques para la bici, visitar familiares y amigos... y también currar bastante, tanto militantemente como remuneradamente.
También tuve que moverme por Madrid, y en bicicleta, y comparado con Moscú, eso es la cosa más tranquila del mundo. En cambio, casi me da un jamacuco al comprobar que ir y volver a Madrid desde mi barrio en transporte público cuesta 8 PAVAZOS. 1300 pelas. Más caro que el gasoil del coche. QUE BIBA HESPERANZA HAGUIRRE, EL PEPE Y LOS MERCADOS, y la promoción de la movilidad sostenible a precio popular. Si viviera de nuevo en Mordor... bueno, pues eso: bicicleta, bicicleta y más bicicleta. Y a reducir hábitos... nada de buscarse un local de ensayo a 24 kilómetros de casa.

Estar acostumbrado a hacer compras a las dos o tres de la tarde y quedarte sin hacer gasto en tiendas de barrio porque cierran de 13:00 a 16:00 o de 13:30 a 16:30... Y yo que me había reservado para comprar material a tenderos madrileños para echar una manilla con eso de la crisis y contra las grandes superficies. 

Calor, mucho calor.

Se quedaron muchas cosas sin hacer, algunas realmente importantes, pero es que no dio tiempo para más.

Afortunadamente, sí pude cumplir con un par de citas musicales muy serias. Un concierto de buena tralla (grindcore) con los amiguetes de Rageous Intent



Y por fin, un directo de Shonen Bat, sin adornos ni florituras, pero realmente emocional y complejo:




acompañados de esa apisonadora de indie punk rock llamada Ulises Lima




Pudimos conocer personalmente, al fin, a los malagueños y compartir ideas, opiniones y productos (cds, chapas...).

Y al día siguiente, ¡de vuelta al Norte y su estupendo clima!