El pasado viernes, cuando veníamos de hacer unas gestiones en bicicleta, vimos un cartel pegado en la entrada del parque Timiriazev. Unos A4 fotocopiados que invitaban a una jornada de limpieza del parque para el día siguiente, sábado. No venía quién organizaba la actividad ni nada. Imaginamos que era algo "vecinal", algo de una especie de asociación o parte de un programa del distrito. Algo "ciudadano", rollo old school URSS. Para ser la Rusia actual, este ramalazo de voluntariado a la antigua usanza me llamaba bastante la atención.
Como el parque es durante el invierno un recurso muy agradecido para esquiar o correr, pensamos: bueno, así contribuimos en algo y "pagamos" el derecho de uso, aunque total, va a seguir llenándose de mierda gracias a las hordas de subseres que van a ponerse gochos en parrillas, cortando árboles, pillándose ciegos y dejándolo todo enmierdado en cuanto asoma un poco el sol. Pero por nosotr@s que no sea, oye. Que también hay pajaritos (trepadores azules, carboneros, zorzales, herrerillos y otros, que no son tan comunes en las ciudades de la península), ratones, ardillas, alguna rapaz... pues mejor doblar un poco el lomo -ya que a nivel municipal no se hace gran cosa- que los bichos no se busquen la vida entre botellas de vodka y latas de cerveza tiradas.
Llegamos a la cita, y en la puerta del parque hay una pancarta serigrafiada en cuatricromía 100% profesional:
También retiramos un buen montón de cubiertos y platos de plástico, envases de comida y bebida... Ya he dicho que al parque llegan auténticas manadas de cebollos que tronchan ramas, hacen fuegos, cocinan carnaza y pimplan como esponjas... y en numerosas ocasiones se largan sin limpiar.
En una hora y tras alguna arcada que otra (no entraré en detalles de lo que puedes encontrar en un bosque donde los toxicómanos hacen vida o donde las hordas de animalicos de dos patas campan a sus anchas) consideramos que ya había durado bastante la broma, y que ya habíamos trabajado gratis para las multinacionales por el día, así que dejamos nuestras tres bolsas con generosas cantidades de genuina producción humana (es decir, MIERDA) en el contenedor dispuesto ad hoc.
Cuando marchamos del lugar, y casí cerrando un guión cinematógrafico con un típico recurso irónico, un grupo de jóvenes se dirigían, parrilla y bolsas de alcohol en mano, a resolver el entuerto que habíamos causado... alguien tenía que reponer la mierda que unas cuantas personas habían retirado del lugar.
Para quitarnos el mal sabor de boca y el recuerdo de las chutas en las manos, nos fuimos a comprar miel a la facultad de apicultura. Alli vimos a un viejo conocido, que había crecido bastante desde la última vez que lo visitamos:
Como el parque es durante el invierno un recurso muy agradecido para esquiar o correr, pensamos: bueno, así contribuimos en algo y "pagamos" el derecho de uso, aunque total, va a seguir llenándose de mierda gracias a las hordas de subseres que van a ponerse gochos en parrillas, cortando árboles, pillándose ciegos y dejándolo todo enmierdado en cuanto asoma un poco el sol. Pero por nosotr@s que no sea, oye. Que también hay pajaritos (trepadores azules, carboneros, zorzales, herrerillos y otros, que no son tan comunes en las ciudades de la península), ratones, ardillas, alguna rapaz... pues mejor doblar un poco el lomo -ya que a nivel municipal no se hace gran cosa- que los bichos no se busquen la vida entre botellas de vodka y latas de cerveza tiradas.
Llegamos a la cita, y en la puerta del parque hay una pancarta serigrafiada en cuatricromía 100% profesional:
Sí, ahí pone Coca-cola, en primer lugar y bien grande. Conocida por su preocupación por la conservación del medio ambiente, sobre todo por los acuíferos. Baste con decir que se opuso al tratado de Kioto. También aparecen logos de multinacionales, grandes empresas de telecomunicaciones, emporios mediáticos, empresas de maquinaria industrial, empresas de bebidas alcohólicas (claro!), empresas de electrónica, redes sociales/blogueras como livejournal, oenegés de nuevo cuño... todos participantes de la agenda neoliberal, algunos de ellos reconocidos expoliadores del medio ambiente. La norteamericana John Deere, cuyas máquinas probablemente están destrozando bosques como el de Jimki, al norte de Moscú, para construir una autopista entre Moscú y San Petersburgo, bajo la batuta de la empresa multinacional francesa Vinci. La lucha por el bosque de Jimki se traduce en ecologistas (de los de verdad) apaleados, detenidos y encarcelados. También está la empresa SIBUR, rusa, que se presenta a sí misma como "Líder de la industria petroquímica rusa". Un sector con un evidente interés en el medio ambiente y en reducir el consumo y emisiones de residuos de hidrocarburos, quién lo duda. Y así con todas las empresas/entidades que aparecen en la pancarta. Hay dos o tres oenegés -o algo así- también. Huelen a financiación privada por todas partes. De hecho, así lo reconocen en sus páginas web.
¿Y sabeis qué mas? No aparece por ninguna parte que el Ayuntamiento o el gobierno de la región de Moscú colabore en este día "por el medio ambiente".
Y es que resulta que tras lo que parecía un voluntarioso e inocente A4 fotocopiado hay toda una campaña llamada "Blogueros contra la basura", que obedece a esa panoplia de movimientos y redes sociales alimentados con dinero privado, que generan falsos movimentos de oposición "demócrata" o directamente revoluciones "naranja".
En fin, una farsa vergonzosa y cínica, una hostia con la mano abierta al sentido común y al auténtico respeto al medio ambiente. Y vuelvo a repetir, todo esto en una ciudad cuyo gobierno público no invierte un kópek en un programa real y serio de reciclaje; prefiere dejárselo al ámbito privado, al neoliberalismo y sus herramientas "ciudadanas", a la "responsabilidad social" de empresas que se están lucrando reventando el planeta.
En casa, intentamos separar papel, cristal y plástico. Existen empresillas, poco más que chatatarrerías y traperos, que recogen estos materiales separados. Hay algunas empresas que reciclan, como forma de negocio. Hay que llevarles a la puerta los materiales. Son al menos 30 minutos de bici ida y 30 de vuelta.
A veces Greenpeace organiza recogida de residuos, algún fin de semana, en alguna zona concurrida, más que nada a modo de llamar la atención.
Este es el panorama si quieres reciclar en Moscú.
Vuelvo a la jornada "contra la basura". En la entrada del parque había una chica, la pobre, con la sonrisa de satisfacción del voluntariado que desconoce que su dedicación en realidad va contra las metas que cree estar defendiendo. Quizá cobraba por ello. Regalaba camisetas, gorras, pañuelos... serigrafíados a todo color con los logos de las principales empresas que financiaban el paripé. Por supuesto que nos las quedamos, siempre ando corto de trapos en casa cuando arreglo bicis. Nos entregaron guantes, bolsa negra para el cristal, bolsa verde para botellas de plástico y latas de aluminio, bolsa amarilla para el resto de residuos.
Y comenzó la odisea escatológica.
En menos de una hora llenamos hasta que el peso amenazó con romperla una bolsa de basura grande (de las de comunidades, de restauración) de botellas de cristal, sobre todo de vodka. También botellas de colonia. No es que la gente se vaya al parque a echarse colonia. Es que los alcohólicos beben colonia. Y alcohol de quemar o sanitario. Ya lo he dicho varias veces en el blog: se ha llegado a prohibir la venta de alcohol desinfectante sin receta. Algo parecido pasó con la colonia de baño, la de litro.
También recogimos multitud de piezas de coche. Al otro lado del muro del parque hay una zona de garajes y talleres cutres... A veces no se complican la vida y tiran un filtro, unos manguitos o bujías viejas por encima del muro.
Pero la estrella del día fueron las chutas. Esta parte requiere de banda sonora, por parte de los DIOSES:
Chutas, chutas.
Más chutas.
Un círculo para fogatas yonkis. El alegre campamento politoxícomano.
Canciones talegueras alrededor de la hoguera.
La cosecha de diez minutos: 9 chutas.
Bonitas instantáneas que me recuerdan rincones y parques de cualquier periferia madrileña en los 80. Como ya he dicho en alguna ocasión, tras la caida de la URSS el consumo de drogas duras se disparó en Rusia. Más de un millón de jóvenes han muerto por las drogas en los últimos 20 años. Actualmente Rusia consume ella sola el 21% de la producción mundial de heroína. Desde que la OTAN entró en Afganistán, la producción de opio se ha cuadruplicado, ¡qué casualidad! Casi se diría que invadieron Afganistán para quedarse con el negocio. La heroína y el sida son asesinos de masas en Rusia. Me recuerda al uso de la heroína como disolvente social entre los barrios negros combativos y los Panteras Negras, o cómo -qué casualidad también- entró mucho más a saco en el País Vasco que en el resto del Estado español (y cómo ETA ejecutaba a camellos o la Guardia Civil se vio implicada en feos asuntos de drogas, como en el caso del general Galindo, o cómo el GAL se valía del mundo de la droga para operar). En el contexto actual de acoso a Rusia por parte del capitalismo norteamericano y europeo hay varios frentes: al margen de los paripés mediáticos al estilo de la penosa "primavera árabe", "quinceemes" y demás revoluciones de facebook, hay un interés en desarticular e invalidar a las próximas generaciones de rusos... debilitar a la Federación Rusa frente al choque de capitalismos que se avecina. Eliminar competencia.
Sigo.
En las calles hay auténticos ejércitos de inmigrantes (muy mal pagados) del Asia media y el Cáucaso limpiando hojas con escobas de rama, recogiendo papelillos y colillas al detalle. 24 horas al día en 2 o 3 turnos. Los camiones que riegan las calles lo hacen varias veces al día, incluso los días que llueve. Es decir, un derroche de dinero público en tareas de "limpieza". En las calles más transitadas no verás indicio alguno de esta lacra que alcanza el nivel de genocidio y que casi se lleva por delante a toda una generación.
Ahora, métete en las zonas más densas de los parques-bosques de Moscú. Ahí verás la realidad que se esfuerzan por quitar de las calles-escaparate de la ciudad.
Lo más gracioso/penoso es que en la actividad participaban algunas familias con los churumbeles. Me los imagino con las manitas enguantadas y la madre con mil ojos para que el pequeño Vania no se pinche con esa cosa naranja que parece un bolígrafo. Toma responsabilidad social de las empresas en su día del lavado de ca.... perdón, en su día de los "blogueros contra la basura".
Porque tenemos otro asunto: ¿a quién pertenece el parque Timiriazev? ¿Al ayuntamiento de Moscú? Al campus de la Universidad Agraria? Al parecer sí es de la universidad. El caso es que el parque está lleno de mierda. Me da a mí que la Universidad no dispone de fondos para estas cosas. Aún no debe andar suficientemente infiltrada por las empresas... a ver si aprenden del plan Bolonia y optimizan la educación universitaria para que simplemente sea un elemento más de rentabilidad para los mercados... -que ya sabemos, la cultura, la ciencia y el desarrollo, si no son rentables, no interesan-. No me lo explico de otro modo: en Moscú se están gastando cantidades obscenas en cosas como cambiar bordillos y vallas que están perfectamente operativas... ¡para eso sí hay dinero! Luego resulta que, según me comentan, la empresa que se dedica a remodelar aceras que no necesitan ser remodeladas, es de un antiguo alto cargo del ayuntamiento. Ahora lo entiendo, por eso hay dinero para obras innecesarias. Pero para quitar chutas, cristales y toneladas (sí, toneladas) de basura del parque donde los niños montan en bici, no hay dinero.
En una hora y tras alguna arcada que otra (no entraré en detalles de lo que puedes encontrar en un bosque donde los toxicómanos hacen vida o donde las hordas de animalicos de dos patas campan a sus anchas) consideramos que ya había durado bastante la broma, y que ya habíamos trabajado gratis para las multinacionales por el día, así que dejamos nuestras tres bolsas con generosas cantidades de genuina producción humana (es decir, MIERDA) en el contenedor dispuesto ad hoc.
Cuando marchamos del lugar, y casí cerrando un guión cinematógrafico con un típico recurso irónico, un grupo de jóvenes se dirigían, parrilla y bolsas de alcohol en mano, a resolver el entuerto que habíamos causado... alguien tenía que reponer la mierda que unas cuantas personas habían retirado del lugar.
Para quitarnos el mal sabor de boca y el recuerdo de las chutas en las manos, nos fuimos a comprar miel a la facultad de apicultura. Alli vimos a un viejo conocido, que había crecido bastante desde la última vez que lo visitamos:
Con su amigo canino.
El guardián entre el "colmeno".
Muy bueno compañero.
ResponderEliminarUna vez, para reciclar papel tuve que viajar una hora en metro para ir a la única planta de la ciudad.
Ya supe que no pudiste salir del país. Qué putadón.
Espero que se te solucione.
Saludos,
Enrique.