lunes, 18 de febrero de 2013

Algunas instantáneas de los últimos días.


Babas congeladas en la mascarilla antipolución.



Montar en bici a las 7 de la mañana...




Camino del curro andando, en apenas 30 minutos ida y vuelta, dos piños. Acompañados de coches subiéndose por las aceras para no rodear por el asfalto la zona del accidente, que hay que ceder el paso... ceder el paso, qué humillación para mi pseudo 4x4.


viernes, 1 de febrero de 2013

Parte de un mail a un amiguete en Madrid...



" Como puedes ver, Hespanya ya es un agujero en el que no entra más mierda"
(...)
España y todo. España va por delante por las características de su burbuja económica particular, pero el crack es global y realmente sólo está empezando. Que la cruz roja anuncia hambrunas en Europa. Muy muy gore.
Yo lo tengo claro: de esto solo se sale metiendo mano al tejido económico y los medios de producción. El marxismo (o ideologías cercanas, ya sabes que a mí me tira más el rollo libertario) jamás ha sido más exacto a la hora de definir los procesos que nos ocupan, y sigue siendo probablemente la mejor herramienta sobre la que basar una remodelación de TODO. Si nos quedamos en la regeneración "democrática" vamos de culo, porque el aparato del Estado es sólo una de las herramientas de la economía para establecer sus ciclos y flujos, y no es nada comparado con una firma en Bruselas. Hasta que no haya un movimiento de masas concienciadas, activas y militantes, esto no se mueve. Jamás ha sido así en la historia y ahora menos.

Lo de Rusia es inenarrable. Estamos hablando de un país del que se asegura que su primer ministro, Medvedev, cobró 1.000 millones de euros por permitir el paso de heroína en convoys de la OTAN por territorio ruso, y que por eso está detrás del narcotráfico, como Putin, según la vox populi. Hay un blog que siempre recomiendo, de un español que conoce estos lares desde el 99:
http://suburbiomoscovita.blogspot.ru
Empieza a comentar de vez en cuando noticias y titulares y te quedas gilipollas del nivel de despotismo y corrupción de Rusia: surrealista. Lo de los sobres de Bárcenas no es algo que sorprenda a alguien que lleva más de veinte años militando en circuitos anticapitalistas: asumimos que el sistema no se cae porque es corrupto y se salta constantemente su propia legalidad DESDE LA LEGALIDAD (vamos, que hacen la ley y conocen la trampa, como lo de que se publiquen ahora esas cuentas, cuando prescriben los delitos). Si consideramos que quedarse con la plusvalía de la mano de obra es un robo, todo el sistema es criminal. Lo de Bárcenas es normal, ya lo sabíamos sin que dos grandes voceros del sistema (el Mundo y El País) nos lo mostraran entre escandalizados aspavientos.

Bueno, pues lo de Bárcenas es lo cotidiano en Rusia. Cada día hay nuevos escándalos de los que tirarían gobiernos escandinavos en 24 horas. Pero no pasa nada. Tragaderas de ruso. Y a eso se dirige Eh!paña. Todavía piensa el españolito medio que hay una marcha atrás posible, que se volverá a ese intentar gozar del Estado del Bienestar, que se depurarán responsabilidades y en breve podrá volver a hipotecarse por la tele de placton (eso es la libertad de facto en el mundo "libre"). Pero no. Se ha acabado ese ciclo, se ha acabado para siempre. Y sabes qué es lo peor? Que no hay alternativa, porque ya nos vendieron la moto de que "las ideologías están caducas" y la peña compró en masa pensando de verdad que estábamos en el fin de la historia, una vez derrotado el polo socialista (excepcional trabajo de infiltración, zapa y mina, por otra parte). ¿Que nos queda sin movimientos definidos, sin ideologías de clase?. Sólo caos, desorientación y mucha ira: el caldo de cultivo para un nuevo fascismo que por supuesto estará dispuesto a llamar "fascista" y "liberticida" a quien cuestione su inevitable ascenso. UPyD, es su momento. Al tiempo.


A todo esto, añade al panorama global los cientos de millones de nuevos consumidores de las clases medias de China, India y demás potencias emergentes... Gentes que aspiran a vivir como Los Simpsons (dos coches y una casa independiente) en un planeta que no puede proporcionárselo. Vivo en un país a caballo entre polos capitalistas, y esto es como un palco de honor para ver cómo se juega la partida, los chocantísimos cambios que se están dando, y su semiótica en la hegemonía cultural, el orden cotidiano, lo que vemos en TV, en la calle y en los supermercados. Que el nuevo Mini se presente en China antes que en EEUU o Europa. Que una marca de bicicletas de Japón abra exportación en Rusia o Perú antes que en Europa. Que ingenieros de Francia se vengan a trabajar a Rusia.

Vienen tiempos muy muy negros. Sólo están empezando. Winter is coming.